martes, septiembre 28, 2010

Misión Suicida de Importancia Marginal

Hace muchos años arbitré una partida de 2300 AD, uno de los juegos de ciencia ficción más "hard" que conozco. En ella a un grupo de esforzados soldados (los jugadores) encabezados por su teniente (otro jugador) se les encargaba una misión un tanto suicida. Pero no importaba, al fin y al cabo eran "tropa prescindible".

La verdad es que nos reímos mucho, tanto por las barrabasadas de los jugadores, con las peculiares interpretaciones de sus personajes, como por mis malvadas acciones como máster. Un tiempo después, ya finalizada la campaña, me decidí a escribir un relato de aquel primer módulo. Y la cosa fue creciendo y creciendo hasta que se convirtió en una pequeña novela de 150 páginas.

La tenía guardada entre mis cosas y de tanto en tanto lo retocaba (ya sabeis, no se puede releer algo que has hecho si cambiarlo). Pero al final me he decidido a colgar esta versión que creo bastante "definitiva" y, aqui la teneis. Espero que os guste.

http://wolfkyn.files.wordpress.com/2013/06/mision-suicida.pdf

domingo, agosto 15, 2010

Para Edu

A algunos másters les gusta crear personajes. A otros nos gusta crear mundos. A ti te gustaban las historias. Las mejores historias que he jugado y vivido han sido las tuyas.

Siempre recordaré con cariño y emoción tu campaña del Ojo de Odín. En la que éramos los títeres de los dioses, sobre todo del taimado Loki que nos tentó con un deseo sin que nosotros lo supiéramos y hasta se las arregló para conceder un deseo a aquel que no lo había pedido.

Pero lo que más me emocionó fue el final, cuando nos reuniste para explicarnos la vida que llevaron nuestros personajes después de la campaña. Con sus más y sus menos, sus momentos tristes y alegres. Pero al final, cuando la vejez nos alcanzaba, aparecía aquella por cuyo deseo no podía morir ni envejecer. Esperaba afuera, paciente, dejándonos tiempo para despedirnos de nuestros familiares y amigos. Cogíamos nuestra espada y, lentamente, salíamos para luchar nuestro último combate. Así moríamos con las manos en la espada, la muerte digna de un guerrero. Y llegaban las valkirias para conducirnos al Valhala. Y allí compartíamos la mesa con los héroes caídos, junto a Odín, Thor y los demás dioses. Pero, sobre todo, con los antiguos camaradas y amigos.

Brinda por nosotros allí donde estas ahora, viejo amigo, que aquí te recordaremos siempre